viñas
Recuperando viñas, creando vinos.
Trabajamos en el pueblo de Cebreros, donde tradicionalmente se han asentado viñas de GARNACHA pura y ALBILLO REAL sobre suelos de granito y pizarra, pequeños viñedos viejos que han sobrevivido al desarrollo de otras zonas más productivas y que no han sido arrancados porque sus viñadores los consideran parte de la familia.
Viñas viejas en la montaña que han superado los tiempos por dignidad de su viticultor, no por rentabilidad, viñas cuya uva se destinaba a vinos de granel y que SOTOMANRIQUE se ha empeñado en recuperar.
En el año 2016 SOTOMANRIQUE se asienta en Cebreros, empieza a comprar viñedos, actualmente unas 20 hectáreas de pequeñas viñas, a recuperar suelos, a trabajar en orgánico, a buscar la máxima personalidad de esas viñas olvidadas de garnacha entre 700-1100 metros de altitud.
También realiza con su equipo una clasificación de todos los parajes de Cebreros, buscando particularidad en las viñas, estudiando su trazabilidad para elaborar grandes vinos, a aprender de las viñas, a comprenderlas, a ayudarlas a demostrar lo que pueden ofrecer, cuidando y trabajando los suelos donde se asientan.
En la filosofía de SOTOMANRIQUE siempre está la búsqueda de lo diferencial, lo auténtico, la expresión en los vinos de los paisajes y los suelos donde se encuentran sus viñas, con la mínima intervención en sus elaboraciones, fermentaciones espontáneas, frescura, tensión, intensidad, fluidez, elegancia, vinos frutales y limpios.
Siempre mantenemos una filosofía de respeto al medio en el que trabajamos, manteniendo los suelos vivos y una viticultura orgánica.